Mala venta, mala vida, mala dirección

El pasado viernes 15, la empresa ha entregado 30 cartas de apercibimiento a personal de Comercial Empresas (Venta Presencial) del Territorio Norte. En ellas la dirección (está firmada por el ‘Gerente Fuerza Ventas Indirecto’) manifiesta “su descontento con la gestión que viene desarrollando en su puesto de trabajo” y que han “detectado deficiencias en su desempeño profesional, de las que ha sido advertido en diversas ocasiones, sin que se haya apreciado un cambio por su parte”. Es evidente que cualquier compañero o compañera de comercial pudiera enviar una carta a cualquiera de sus superiores (al menos de gerente hacia arriba) en los mismos términos y con toda la razón: ¿como calificamos la exposición continuada a riesgos psicosociales que aun sufren en este área -a pesar de haber sido detectados estos nocivos niveles hace más de un año- y no actuando la dirección del dpto. y RRHH mas que de cara a la galería pero sin medidas correctoras eficaces? La respuesta es clara: nuestros mandos cometen deficiencias de desempeño que nos producen descontento con su gestión.
Pero como en el fondo son muy majetes, “a pesar de la gravedad de estos hechos” se recuerda la necesidad de actuar “con atento cumplimiento de los objetivos marcados” para que la dirección no se vea “obligada a adoptar las medidas disciplinarias que resulten oportunas”. Aquí se descubre lo que está pasando, que no se cumplen los objetivos comerciales. Y la pregunta es obvia ¿que no vendamos/captemos/fidelicemos… tanto como le gustaría a la empresa (y a nosotras) es motivo de medidas disciplinarias? Habrá que recordar que las funciones, el horario, el desempeño conforme a criterios establecidos (si efectivamente se han establecido, cosa que no siempre ocurre), la normativa, etc -lo que hay que cumplir- no son objetivos comerciales y, por otra parte, el incumplimiento de objetivos ya tiene su ‘castigo’ normativizado en la carrera comercial (involuciones). Alcanzar los objetivos definidos no solo depende de quienes deben lograrlos, también es consecuencia directa de la formación recibida, las herramientas a disposición… y, por supuesto, cierto grado de coherencia entre dichos objetivos y el entorno económico y de competencia (concurrencia) en donde se quieren alcanzar.
Confundir desempeño con objetivos no es realista, no es sano y debilita nuestra red de ventas: si lo intento y me esfuerzo pero no lo consigo y por ello me amenazan ¿debo esforzarme tanto?
Amenazar con disciplina por no llegar a objetivo solo parece tener un sentido: generar miedo. Las personas que trabajamos en esta empresa, sea en el área comercial o no, queremos que a Telefónica le vaya bien. Motivos obvios, comemos de ello. Y algunos mandos, insensibles, trepas o ambas cosas, no consideran las consecuencias personales -ansiedad, bloqueo, amargura…- que estas presiones tienen para quienes son reprendidos sin razón objetiva. Quizá no les importe y ya olvidaron que hay quien no aguanta la presión y no espera a destitución o disciplina. Sinceramente, creemos que RRHH debiera enviar unas cartas de apercibimiento a las cabezas de comercial que se dedican a estas cosas.

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