Su sindicalismo corporativo

“Qué bueno hubiera sido que el ERE de Telefónica del 2011 llegara hasta nuestros días”, “Que en vez de 6.500, se hubiera llegado a las 8.500 bajas”, “Qué mala idea fue exigir que la empresa fuera quien pagara el paro”, “Si en el futuro se nos ofreciera una oportunidad de negociar un nuevo ERE, entraremos al turrón”.

Si esto lo hubiera dicho el CSIF o similares, la cosa se hubiera entendido algo. Ya se sabe, son sindicatos amarillos, aquellos que anteponen los intereses corporativos de empresa o de un grupo profesional a los del resto de los trabajadores/as. Los que priorizan egoístamente los deseos de una parte a los beneficios de la mayoría de la sociedad…

Pero no. Estos son mensajes en los que vuelve a insistir uno de los sindicatos mayoritarios en Telefónica. Es una posición novedosa en la historia del sindicalismo de clase que un sindicato “añore” una mayor destrucción de empleo.

codiciaQue frente al empeoramiento de las condiciones de trabajo se renuncie a ofrecer resistencia y sólo se intente hacer revivir, para la parte de la plantilla de más antigüedad, la opción de “coger el dinero y correr”. ¿Y para el resto? ¿Para las futuras generaciones de trabajadorxs? Pues conformarse con el derecho a seguir vivos…laboralmente.

Además qué hipocresía cuando se conoce que Telefónica está incumpliendo “su parte del trato”. Que no está pagando al Estado las cantidades del paro comprometido y ninguno de los sindicatos firmantes se atreve a denunciarlo. Es decir, que estos costos de la reducción de plantilla de la multinacional, se  siguen pagando con dinero público (el que nos recortan  en sanidad, en educación, en servicios sociales…).

No deja de sorprender la degeneración sindical por la que algunos vienen transitando. Es una prueba más de una línea sindical que está caduca, apartada de la realidad en la que viven hoy la inmensa mayoría de los y las trabajadoras. La realidad en la que vive hoy también gran parte de la plantilla de Telefónica, que se siente cada vez más presionada y agobiada en los centros de trabajo.

No se enteran –o no se quieren enterar- que el principal problema hoy de los y las trabajadores de Telefónica se llama carga de trabajo. Que el incremento bestial de productividad en la empresa se está haciendo a costa de nuestras condiciones de trabajo, de las presiones a la plantilla. Y a costa de no crear nuevo empleo y sí reducirlo.

Tampoco se enteran de que la sociedad rechaza mayoritariamente y grita en contra de que se permitan y paguen con dinero público más ERE’s en empresas con beneficios.

Los trabajadores no necesitamos nuevos ERE’s de los que se beneficien estas multinacionales. Lo que queremos  es más contundencia en la defensa de nuestros derechos. Lo que deseamos es poder terminar la vida laboral antes y poder jubilarnos –voluntariamente- a menor edad. Y fijarlo como un derecho para el presente y también para el futuro; para todos los trabajadores, para los jóvenes y los menos jóvenes. Lo exige la sociedad: “trabajar menos tiempo, para que trabajemos todxs”, “el reparto del trabajo y la riqueza”.

Lo otro es entregarse a los intereses de la patronal. Es intentar dar gato por liebre. Es sacrificar a las nuevas generaciones de trabajadorxs. Disfrazar la realidad. Es no atreverse ni a alzar la voz.  Es reconocer públicamente que se está rendido y sin ganas…

Pero la historia no se detiene y acabará poniendo a cada cual en su sitio…

 


¡BASTA YA DE MILONGAS!    ¡EN TELEFÓNICA SÍ SE PUEDE CREAR EMPLEO!

¡POR EL REPARTO DEL TRABAJO Y LA RIQUEZA!