Clasificación profesional

Esta semana se reanudan las negociaciones sobre clasificación profesional entre los sindicatos firmantes del convenio y la empresa. CGT quedó excluida de la comisión de Clasificación Profesional, como de muchas otras, porque, tanto a la empresa como a los firmantes, les da mayor libertad para seguir negociando la pérdida de nuestros derechos y un pésimo futuro laboral.

Pérdida de poder adquisitivo (congelación de salarios y eliminación de la paga de septiembre), escala salarial inferior para los nuevos contratos, condiciones laborales abiertas a negociación, la puerta abierta a las segregaciones, la no readmisión en caso de despido improcedente… son algunos de los logros del vigente convenio.

Ahora, la reforma laboral da un plazo máximo de un año -a contar desde su entrada en vigor en febrero de este año- y han decidido que sea en el mes de julio cuando se concrete, fundamentalmente, la trasposición y condiciones a una nueva clasificación por grupos, ya firmada en el vigente convenio.

Pero ni nuestra alevosa ausencia en la mesa ni la nocturnidad de las fechas elegidas (el verano siempre ha sido una buena época para perder derechos) nos va a impedir exigirles aspectos irrenunciables para nuestro sindicato:

  • Disminución del trabajo efectivo, con reducciones de jornada o incrementos de vacaciones.
  • Creación de empleo, mediante contratos de relevo y nuevas contrataciones en igualdad de condiciones.
  • Traslados voluntarios y cambios de acoplamiento más amplios y transparentes.
  • Descripción clara de las funciones de cada categoría.
  • Formación clara, de calidad y homologable, que nos permitan, en un momento dado, acceder con garantías al mercado laboral.
  • Oposición a cualquier tipo de evaluación de desempeño tanto individual como de grupo que lleva aparejada condiciones particulares en personas del mismo colectivo, o incluso entre los colectivos de distintas provincias, zonas, etc… que provoca el aumento de la competitividad a costa de nuestra salud.
  • Reducción del número de personas fuera de convenio, permitiendo sin coacciones la incorporación al convenio de quienes lo soliciten.
  • Favorecer la reincorporación de las personas en excedencia.
  • Si la empresa pretende ampliar las funciones debe saber que a más funciones corresponde una mayor remuneración. Este incremento debe ser lineal para permitir la reducción del abanico salarial.

Ni el contexto de esta crisis económica, generada por la propias multinacionales y la casta financiera mundial, ni los reproches a quienes no quisimos aceptar una clasificación profesional a cualquier precio (introducción de la retribución variable, la doble escala salarial, el complemento salarial por desempeño, etc..) han de servir como excusa para rubricar un acuerdo con la empresa en el que la plantilla salga perjudicada porque no se asuman los puntos propuestos por CGT basados en una clasificación más justa, objetiva y solidaria, donde se reconozca nuestra carrera profesionalidad y, sobre todo, sin renunciar a la máxima sindical: A IGUAL TRABAJO, IGUAL SALARIO.

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