¡Y lo paramos!

SIN LAS MUJERES NO SE PRODUCE NI SE REPRODUCE

Un golpe en la mesa, una mano alzada, un grito, una mirada sostenida, un dedo acusador, una advertencia amigable. Que ya vale, que ¡ya es hora! Que no se puede seguir dejándolo para después. El 8M fue una sacudida, un empujón a las fronteras del machismo, que hoy se siente menos cómodo que ayer, más pequeño. El 8 de marzo de 2018 será el día del orgullo feminista, inolvidable para esta generación.

Riadas en las calles, agrupadas detrás de pancartas universitarias, de asociaciones profesionales, sindicatos, colectivos o de un grupo de amigas que se juntaron por la mañana para hacer una en casa. A la cabeza de las principales marchas, mujeres ocupando todo el espacio; estudiantes y pensionistas, liberales y anticapitalistas, mujeres con laca, mujeres con rastas, mujeres con argollas y perlas, canas y músculos, alegres y enfadadas, peleando por sus derechos, y por las que faltan. Un gran paso adelante que hace patente un hartazgo que necesita respuestas de toda la sociedad ya.

Histórica movilización llevada a cabo ayer en 177 países. Los principales medios internacionales de comunicación se han hecho eco de las manifestaciones masivas en más de 60 ciudades de nuestro territorio donde se ha producido “uno de los mayores paros”.

La histórica huelga del 8M de ayer fue un éxito de participación en sus cuatro facetas

LABORAL contra los techos de cristal y la precariedad laboral, porque los trabajos a los que logran acceder están marcados por la temporalidad, la incertidumbre, los bajos salarios y las jornadas parciales no deseadas. Las mujeres engrosan las listas del paro. Muchos de los trabajos que realizan no poseen garantías o no están regulados. Y cuando algunas consiguen tener mejores trabajos, se encuentran con que los puestos de mayor salario y responsabilidad están copados por hombres. La empresa privada, la pública, las instituciones y la política son reproductoras de la explotación laboral de las mujeres.

No más pensiones de miseria, que las obliga a sufrir pobreza en la vejez. Por la cotitularidad de las pensiones y que el tiempo dedicado a tareas de cuidado, o que se ha desarrollado en el campo, sea reconocido en el cálculo de las pensiones al igual que el trabajo laboral y demandan la ratificación del convenio 189 de la OIT que regula el trabajo doméstico.

CONSUMO contra los abusos del capital que expolia el planeta para alimentar su incontenible voracidad que ya genera un cambio climático que no tiene marcha atrás. Denunciamos un sistema que antepone el beneficio económico de una reducida élite a las necesidades de las personas, cómo se utiliza a las mujeres y sus cuerpos como reclamo publicitario de manera denigrante y la llamada “tasa rosa” que hace que productos para mujeres sean más caros. Recriminamos a las empresas su aplastante mayoría de directivos hombres y cuestionamos los efectos medioambientales del sistema productivo y de consumo neoliberal, que afectan más a las personas pobres y a las mujeres.

CUIDADOSla huelga de todo tipo de género encaminada a crear grupos de apoyo para suplir la labor de la mujer que debía estar liberada ayer de toda carga para la participación en su huelga, a que las mujeres dejen de cuidar y de encargarse de las tareas domésticas, fundamentalmente feminizadas, y que sean ellos los que se encarguen.

ESTUDIANTIL del alumnado, futura sociedad madura y responsable en el cambio del sistema. Por el mantenimiento y la ampliación de los programas de becas de estudio para todos los niveles educativos, por un presupuesto público que no destine partidas a las escuelas que segregan por sexo, como las gestionadas por el Opus Dei. Reivindicamos una red de educación única, pública y gratuita y con visión de género, por un avance en la coeducación en todos los ámbitos y espacios formativos, por una educación que no relegue nuestra historia a los márgenes de los libros de texto y en la que la perspectiva de género sea transversal a todas las disciplinas.

Ni el mimetismo del capital, ni la “timidez” de una parte del sindicalismo han sido suficientes para adormecer al feminismo, ayer riadas de mujeres desbordamos las calles y ¡paramos el mundo!